H.D. Adams
Es interesante como uno evoluciona a lo largo de un curso. No parece ser la misma persona la que empezó que la que termina. Aunque esto al personaje de Borges, Funes el memorioso, le parecería evidente. Ya le es molesto el simple hecho de que ''[...] el perro de las tres y catorce (visto de perfil) tuviera el mismo nombre que el perro de las tres y cuarto (visto de frente)''. Uno cambia sin apenas ser consciente del cambio que está sufriendo, y se despierta un día y al mirarse al espejo, a pesar de tener el mismo aspecto, se da uno cuenta de que no es el mismo.