domingo, 28 de octubre de 2012

¿Cuál es el precio de la vida?

A partir de la premisa del Taller de Literautas nº1 he desarrollado el siguiente relato. Espero que os guste.


El tintineo de una campanilla, una sofocante ráfaga de aire y el estremecimiento de la puerta al cerrarse anunciaban la llegada de un hombre que huía de su presente. Ese hombre era yo, tan solo un desconocido más. Podéis llamarme Mr. Nada. El dueño de la tienda apenas me dedicó una mirada, y con su rostro uno podía adivinar que estaba cansado de la vida. Un hombre esclavo de lo que calla, no tan diferente a mí. Nuestros silencios se saludaron en voz alta.

domingo, 21 de octubre de 2012

Inherentemente egoístas

Si definimos como egoísta a toda aquella persona cuyas motivaciones sean únicamente autointeresadas y que sea incapaz de realizar acciones completamente altruistas, la raza humana sería egoísta. Es evidente que la mayoría de las acciones que realizamos son egoístas, puesto que cada uno debe preocuparse de su propia supervivencia. No se hace necesario el uso de ejemplos en este caso.

domingo, 14 de octubre de 2012

Presumir de ignorancia (Luces y sombras)

Nos gusta ser cultos, nos gusta saber. Cuando se habla de un tema, y disponemos de información sobre el mismo para dar una opinión de valor, nos sentimos orgullosos de nosotros mismos. Aún así, el español medio sufre de una cierta parálisis cerebral, comúnmente conocida como vaguedad, que le impide llevar a cabo actividades que requieran un cierto esfuerzo por encima de lo normal, y cuya recompensa no sea inmediata, por lo que el deseo de ser culto, se queda en eso, un deseo. Cierto es que existen muchas excepciones que brillan con tanta fuerza que la presencia de aquellos menos iluminados deja de tener importancia. Al fin y al cabo, nadie se fija en una vela cuando el sol brilla en lo alto.

domingo, 7 de octubre de 2012

Octubre

Septiembre suele ser ese mes en el que todo vuelve a la normalidad. El verano, ese peligroso congelador de mentes, se acaba y tanto las clases como el trabajo vuelven a empezar, a sumirnos en esa rutina que se hace tan cómoda cuyos adoradores se dejan hacer, mientras que sus opositores la rehuyen intentando no dejarse dominar por ella. Y sin embargo, mi septiembre no ha tenido nada de rutinario.