Imagen y autodestrucción

''-¿Por qué estropeas tu belleza?-pregunté.- ¿Por qué no aceptas vivir con ella sin más?

-Porque la gente cree que es todo lo que tengo. La belleza no es nada. La belleza no permanece. No sabes la suerte que tienes siendo feo, porque si le agradas a alguien sabes que es por otra cosa.''

Fragmento extraído de La chica más guapa de la ciudad, de Charles Bukowski

Que vivimos en la sociedad de la imagen es un hecho que pocos se atreverían a negar hoy en día. No importa lo que somos, importa lo que aparentamos. Los medios de comunicación se encargan de crear unos estándares, no solo de belleza, sino también materialistas, en general inalcanzables, para luego instar a la sociedad a intentar alcanzarlos, en un proceso en el que la mayoría han de acabar acomplejados e impotentes, subyugados al absurdo modus operandi de la sociedad capitalista. De pronto, parece que lo único que importa es estar guapo, tener muchas cosas y vivir muchos años.

Bukowski, en su clásico "borracho conoce a prostituta", nos presenta a Cass, la chica más guapa de la ciudad, que, acomplejada por el trato superficial que tienen los hombres con ella, decide dañar su propio cuerpo de diversas formas, para alejar a aquellos que solo estén interesados en su físico. El vacío superficial al que Cass se ve sometido la termina llevando a suicidarse. Sin ninguna duda, uno de los personajes más interesantes que Bukowski plasma a lo largo de su obra. 

Citar el cuento de Bukowski aquí me es insuficiente. No es solo la obsesión actual con la apariencia física lo que me preocupa, sino la extendida idea de que debemos intentar vivir mucho, pero vivir mucho como concepto centrado en la cantidad de años vividos, y no en la calidad de vida de estos. Nuestro tiempo ha de ser usado en un empleo cuyo sueldo sea cuantioso, para poder permitirnos lujosos bienes. La información sobre como mejorar nuestra salud no deja de llover por todos lados. Pero nadie nos habla de la felicidad, de buscar aquello que realmente amamos, para así vivir con todo nuestro corazón. 

Nietzsche, en Así habló Zarathustra, ya pronosticaba que ese sería el camino que seguiríamos: "Se trabaja aún, porque el trabajo es una distracción: mas hay que procurar que tal distracción no haga daño. [...]. Se tienen pequeños placeres para el día y para la noche; pero hay que respetar siempre la salud." ¿Qué sentido tiene una vida larga sino está bien aprovechada? De nuevo nos quedamos en la apariencia, nos engañan haciéndonos creer que la vida se mide en años. Pero ya Henry S. Thomson nos advertía de la trampa: "La vida no debería ser un viaje hacia la tumba con la intención de llegar seguro y hermoso en un cuerpo bien conservado, sino más bien derrapando en una nube de humo, totalmente agotado y desgastado, proclamando fuerte: ¡Wow, qué viaje!".