viernes, 10 de febrero de 2012

La felicidad (I)


''Existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota y la otra serlo.''
Sigmund Freud

La felicidad es un tema que nos concierne a todos. Todos nos hemos preguntado, o nos preguntaremos a lo largo de nuestras vidas, si somos felices. Pero, ¿cómo sabemos si somos felices, si no conocemos lo que es la felicidad?

Para intentar responder a esta pregunta, doy comienzo, con esta entrada, a una serie de artículos sobre la felicidad.

Este primer artículo trata sobre si necesitamos o no del conocimiento para alcanzar la felicidad.

¿Es uno más feliz, tal y como creía Aristóteles, cuanto más sabio es? ¿O, al igual que Freud opinaba, mientras más ignorante se es, es uno más feliz? Aunque no existe una afirmación que responda a estas preguntas de manera rotunda, todos intentaremos contestarlas, dando lugar a una respuesta subjetiva.

Aquellos que son ignorantes, probablemente ni siquiera se pararán a reflexionar sobre esto. Si la suerte les sonríe, serán felices. Vivirán tranquilamente sus vidas, sin llegar a preocuparse demasiado por nada. Sin embargo, si las cosas les van mal, fácilmente entrarán en una depresión, pues difícilmente encontrarán una solución a sus problemas. En definitiva, se encuentran en una especie de burbuja, en la cual, aquellos factores externos a la burbuja, no les afectan.

Para aquellos que son sabios, la reflexión formará parte de su día a día. Constantemente tendrán la necesidad de informarse sobre aquellos temas que le interesen. Si la suerte les sonríe, seguramente serán felices. Sin embargo, el meditar sobre la sociedad o las desgracias del mundo en general, les puede sumir en un estado de apatía, al igual que aquellos a los que la suerte no les sonríe, los cuales, gracias a sus conocimientos, tendrán más facilidades a la hora de solucionar sus problemas.

A pesar de lo anterior, hay que tener en cuenta que si bien el conocimiento es necesario, no es suficiente, pues todos necesitamos estar completos en los diversos aspectos de nuestra vida, tales como el amor, o la propia salud. Hay que tener muy en cuenta las emociones a la hora de hablar de felicidad. Las emociones son las que mueven a las personas, las que marcan sus objetivos, las que definen si una persona es feliz o no. Por muy sabia que fuera la sociedad alemana antes de que comenzara la segunda guerra mundial, permitieron que Hitler les manipulara y les guiara a la guerra, probablemente por el sentimiento de rencor y amargura que provocó el Tratado de Versalles en los alemanes. ¡Un sentimiento sumió al mundo entero en una guerra!

En conclusión, uno realmente no necesita el conocimiento para alcanzar la felicidad, aunque en determinados casos pueda ser de ayuda.

En el siguiente artículo, intentaré acercar el concepto felicidad desde un punto de vista más psicológico y menos filosófico.

Un saludo. Disfrutad cada instante.

Adán.

No hay comentarios:

Publicar un comentario